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jueves, 28 de junio de 2012

Los plátanos

***
Ramas de Platanus hispanica.
 
Abrazando los márgenes del campus,
os levantáis alegres,
unidos en hileras armoniosas.
Pasáis las estaciones y los años
en calma perdurable,
firmes como los hitos de una senda.
Ya no recuerdo, plátanos amigos,
cuántas veces mis pasos anduvieron
solos a vuestra sombra;
cuántas veces notaron mis oídos
el son de vuestras hojas,
como liras eolias en el viento;
cuántas veces mis ojos admiraron
vuestras figuras altas
como verdes incendios.
Innúmeras mañanas me detuve
debajo de vosotros,
viendo cómo los montes azulados
de Gran Canaria, en honda lejanía,
descuellan del océano y las nubes.
Llenaba mi deseo de infinito
y oleadas de paz me rodeaban.

Solo vosotros, plátanos amigos,
allanasteis el áspero sendero
de mi rutina diaria, del estudio,
llamándome con voces inaudibles,
conversando conmigo sin palabras.
Ahora que abandono
yermas aulas y fríos corredores,
y salgo al aire libre y a la vida,
os doy las gracias, hijos de la tierra,
que volvéis en fecundos
los áridos espacios de los hombres.


Georg Friedrich Händel. Suite en re sostenido mayor: Preludio. Robert Hill, fortepiano.

1 comentario:

Iván Cabrera dijo...

Y que sigan mucho tiempo en su lugar. Qué enorme sensación de impotencia y desazón cuando órdenes y manos municipales deciden cortar un árbol, como los que antes estaban en La Trinidad, como los que antes estaban en algún barranco próximo a mi casa. Enhorabuena por el poema.